Trocea una cebolla de tamaño mediano y ponla en un bote de cristal, añade el zumo de un limón y seis cucharadas soperas de miel (preferiblemente de tomillo). Tápalo y deja macerar la mezcla entre 8 y 12 horas. Cuélalo y toma una cucharada sopera cada dos horas.
El sabor de este jarabe es muy agradable (no se nota la cebolla) y los resultados sorprendentes.
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