¿Blanco y en botella? ¡Leche! …¿O tal vez horchata? ¿Y si contra todo pronóstico lo que es blanco resulta ser la botella y lo que contiene es agua?
Una mente aguda y resolutiva tiende a asumir que no todo es lo que parece (o como nos parece) y esta dispuesta a contemplar otras alternativas en lugar de sentenciar con un veredicto fijo e inamovible. Esta actitud nos permite ver y entender otras realidades, dimensiones y recursos con los que no contábamos inicialmente y que pueden contener en sí mismos la clave para salir adelante sin “rompernos” por el camino.
Los criterios que se adoptan desde la rigidez suelen acarrear más conflictos que soluciones tanto en las relaciones de cualquier naturaleza como en nuestro bienestar emocional, físico y mental.
No estamos hablando de los gustos o preferencias personales (si entendemos estas opciones como algo puramente subjetivo) sino de reacciones, códigos morales, maneras de vivir, etc. que, por ser los nuestros, los que hemos aprendido o nos parecen “de sentido común” los convertimos en lo único que podemos aceptar. Cuando creemos que el propio paradigma es el patrón universal que determina cómo son las cosas o que mueve a los demás a ser como son empezamos a interpretar, a equivocarnos, a sufrir…
No es la edad, es la actitud
Del No entiendo cómo puede estar leyendo tan tranquilo mientras tiene la cama sin hacer, Dice que lo ha perdonado pero eso no es posible porque si a mi me hace algo así no vuelvo a hablarle en la vida o Esas no son maneras de vivir a No sé qué me pasa, últimamente tengo problemas en las rodillas solo hay unos años, a veces meses.
Si solo podemos validar nuestro punto de vista perdemos perspectiva, nos volvemos rígid@s, obtus@s, inflexibles; nos anquilosamos y nuestras articulaciones empiezan a resentirse.
A grandes rasgos
¿Que cómo se pasa de una cosa a la otra? Pues (generalizando) más fácil de lo que parece. La rigidez mental favorece la disconformidad recurrente con los sucesos y/o las personas del entorno. Esto provoca un estrés emocional que, a su vez, desequilibra el sistema nervioso desencadenando cascadas de reacciones químicas que a la larga generan disfunciones orgánicas, insomnio… pero lo más frecuente son las contracturas y tensiones musculares, fasciales, tendinosas, etc.
En los tiempos difíciles
En las situaciones límite o en momentos de cambio es cuando la flexibilidad, en todas sus formas de expresión, puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
¿Es más poderosa la roca con su rigidez o el agua con su plasticidad? ¿Puede la roca más grande y sólida romper el agua? o por el contrario ¿es el agua con su ductilidad y fluidez la que puede erosionar, perforar y hasta partir una roca hasta abrirse paso a través de ella? Citando el artículo de El Correo del Sol, El don de la flexibilidad: “La rigidez no solo no ayuda a adaptarse a las situaciones adversas, sino que nos aleja de la felicidad y de las buenas relaciones con los demás. Y lo peor de todo es que quien padece este mal a menudo no es consciente de ello, ya que acostumbra a atribuir todos sus males al enemigo exterior.”
La flexibilidad facilita la vida, el progreso y nos hace más felices
La adaptación al medio es esencial para la supervivencia. La historia de la vida en nuestro planeta ha obligado a los seres vivos a adaptarse una y otra vez a cambios de todo tipo: alimentarios, climáticos, geográficos… Salimos del mar a tierra firme, algunos animales desarrollaron alas, otros perdimos el rabo y nos pusimos de pié; incluso algunas especies decidieron volver al medio marino mientras otras no supieron adaptarse para evitar su extinción.
Todo ello hubiera sido imposible sin la ductilidad de la naturaleza y, como parte de ella, de nuestra especie. La flexibilidad es una cualidad intrínseca en el ser humano a pesar de la lejanía y desconexión con la que la vivimos hoy. No es de extrañar que terapias como las Flores de Bach, tengan como objetivo reconectarnos con aquello que ya tenemos en nosotros, en este caso la capacidad de adaptación y la flexibilidad. Tanto es así que ya estamos preparando un artículo sobre las flores específicas para tratar este desarreglo.
La duda saludable
Incluso aquello que consideramos más certero, fiable y demostrable nace básicamente de la duda.
La ciencia necesita cuestionarse constantemente a sí misma para poder avanzar en el conocimiento.
Cada paradigma, cada evidencia y cada certeza requiere ser revisada con ojos nuevos para comprender y dar el siguiente paso evolutivo. La verdad absoluta no existe, siempre nos falta la información que aún no conocemos, no hemos sabido ver o no nos hemos permitido contemplar para llegar a conclusiones más completas que, para hacerlo bien, también necesitarán ser cuestionadas más adelante. La flexibilidad es el camino que nos acerca a la “verdad”, la adaptación, la salud y la supervivencia.