Son varias las razones y las zonas del cuerpo en las que pueden aparecer, pero cuando hablamos de dolor y tensión muscular, seguro que sabes a que nos referimos. Sensación de rigidez, inflamación, contracturas, entumecimiento, calambres, hormigueo o dificultad de movimiento; incluso pueden aparecer irritabilidad, problemas digestivos o respiratorios, insomnio o cansancio.
Estas dolencias tan molestas se han convertido en parte del día a día de muchas personas. Por suerte, no tienes que resignarte a vivir con ellas. En el siguiente artículo te presentamos algunos remedios naturales que te van a ayudar a prevenir y disminuir la tensión, el dolor y sus síntomas asociados.
Pasiflora
Por sus propiedades relajantes ayuda a reducir la contracción sostenida que aparece en muchos cuadros de tensión muscular. Calma el dolor y el sistema nervioso en general facilitando el descanso y la regeneración de los tejidos.
Se puede tomar en forma de extracto (dosis según prospecto) o como infusión (1 cucharada de postre por taza) un par de veces al día. Al contener flavonoides no produce somnolencia.
Romero
Es uno de los remedios más conocidos para los problemas musculares y articulares ya que desinflama, relaja y reconforta. Especialmente indicado si notamos dolor «ardiente», que irradia o que la zona está caliente, enrojecida o cargada. Muy recomendado después de un gran esfuerzo, de un golpe o una torcedura. Una forma fácil de aprovechar sus beneficios es darte friegas con alcohol de romero. Te aconsejamos que lo adquieras en un herbolario o lo hagas tú mism@, así te aseguras que tenga una concentración adecuada de los principios activos (el alcohol debe quedar de un color verde oscuro o marronoso).
Agua fresca
Cuando hay inflamación o riesgo de ella (por ejemplo después de un golpe) aplicar un frío moderado aumenta el riego sanguíneo y reduce la inflamación en cualquier zona del cuerpo. En los casos de dolor y tensión cervical puedes refrescarte la cara, nuca, sienes o toda la cabeza con abundante agua fresca varias veces al día. Notarás al momento como se despeja la zona, baja la congestión y, si la tuvieras, el dolor de cabeza.
Ten en cuenta que un exceso de frío puede inflamar, por lo que el agua debe ser fresca, no helada. No uses hielo directamente. Si estás segur@ de que el dolor o molestia es debido a rigidez del tejido muscular, fascial, articular, etc. SIN INFLAMACIÓN, sustituye el frío por calor. En caso de duda, abstente o consúltanos.
Menta
Unas gotas de aceite esencial de menta japonesa mezcladas con crema hidratante tienen efecto antiinflamatorio y descongestionante. Aplicar masajeando en círculos una pequeña cantidad en la zona afectada y mantener destapada unos minutos. Tener la precaución de lavarse bien las manos y evitar el contacto con los ojos ya que la menta los puede irritar.
Sales de Epsom (sulfato de magnesio)
El magnesio alivia el dolor muscular, reduce la inflamación, mejora la circulación y relaja el sistema nervioso asociado a la musculatura. Se absorbe eficazmente a través de la piel, proporcionando un alivio casi inmediato en dolores musculares.
Para baños, añadir al agua caliente de la bañera 1 vaso (de 250 ml) de Sal de Epsom. El baño no debe exceder los 15 minutos.
En compresas para aplicación local: en un bol con 250 ml de agua caliente, añadir una cucharada sopera rasa de Sal de Epsom. Empapar un paño o toalla pequeña y aplicar en la zona afectada durante 20 minutos. Mantener el calor del paño con una bolsa de agua caliente o cerca de una fuente de calor. Evitar el contacto con cortes, heridas, padrastros, etc.
Flores de Bach
Aunque se suelen conocer por su uso para aspectos emocionales, las Flores de Bach ofrecen resultados muy buenos en aplicaciones locales (usando excipientes como cremas, sueros, aceites, etc.). En este caso es interesante el uso de la mezcla propuesta por Ricardo Orozco. Esta ayuda a prevenir y mejorar varias dolencias que aparecen asociadas a la tensión y el dolor muscular. Las flores que la componen son:
- Vervain y Vine (para la inflamación aguda)
- Rock Water (rigidez)
- Star of Bethlehem (para el trauma que supone por ejemplo una distensión, que suele dar origen a muchas contracturas)
- Elm (dolor al movimiento. El músculo «se desborda» cuando tiene que cumplir su función)
- Agrimony (cuando el dolor supone una tortura)
- Rock Rose (cuando se produce una especie de «paralización brusca» por efecto de una contractura aguda, tipo tortícolis, hernia discal, etc.)
Nosotros le añadimos Hornbeam para ayudar a reforzar la zona debilitada y recuperar la vitalidad de los tejidos.
Para preparar el remedio añadir 2 gotas de cada flor por cada 10 ml de crema y mezclar bien con un utensilio limpio (espátula, el mango de una cucharilla, un bastoncillo higiénico…). Aplicar 3 o 4 veces al día. No es necesario que uses la misma cantidad que si quisieras hidratarte la piel, una mínima película que cubra toda la zona es suficiente.
A tener en cuenta
Para mantener tu musculatura en el mejor estado y evitar problemas de tensión, contracturas y dolor muscular es una buena idea incluir en tu rutina diaria unos minutos de estiramientos. Verás que en pocos días notarás los resultados y tu cuerpo te lo agradecerá. Puedes empezar con estos ejercicios para las cervicales o algunos estiramientos para los hombros y la zona dorsal.
Recomendamos que cualquier extracto o infusión que utilices sea de plantas con certificación de cultivo ecológico. Así evitarás pesticidas y otros químicos que pueden repercutir en tu salud, e incluso, empeorar la dolencia que intentas tratar.
Los remedios que te hemos expuesto son a modo de «primeros auxilios» o como complemento a otros tratamientos como el Quiromasaje o la Terapia Craneosacral. Si no notas mejoría o crees que necesitas un tratamiento más completo, te recordamos que puedes consultarnos o solicitarnos una visita.